Madre de Dios
Un pedazo de cielo cayó sobre la selva peruana y el fruto de sus magistrales formas y caprichosas combinaciones de flora y fauna, podemos hablar de Madre de Dios que está llena de vida por donde se vaya.
El departamento de Madre de Dios se encuentra situado en la zona sudoriental del país. Por el norte limita con Ucayali, por el sur y por el oeste con Puno y por el este con Brasil y Bolivia. Su territorio abarca zonas de selva alta y selva baja, con un clima tropical cálido y húmedo y lluvias de noviembre a abril. Su temperatura promedio es de 25°C.Tiene una extensión de 78 403 km2 y su población apenas bordea los 50 mil habitantes.
Su capital es Puerto Maldonado y es paso obligado para llegar a conocer diversos parques y reservas nacionales que ahora son protegidas y fomentan el turismo total.
En la actualidad podemos ver que sus dos principales actividades económicas son la extracción de castaña y el ecoturismo, reafirmando una vez más, el compromiso hacia el cuidado ambiental que comprende esta tierra llena de bosques y ríos enormes.
Los petroglifos en el río Shinkebeni (Petroglifos de Pusharo), indican una muy antigua presencia de seres humanos. Se cree que los Arahuacos (o sus antecesores) llegaron en migraciones, y de ellos se derivaron muchas etnias. Algunas tribus, como la Machiguenga, sobreviven hasta nuestros días. Lo que hoy se conoce como Madre de Dios, formaba parte del antiguo Imperio inca, en la región conocida como Antisuyo. Los historiadores coinciden que la conquista de esta región fue difícil para los Incas, pues debieron enfrentar a tribus aguerridas y conocedoras de la zona.
Durante la colonia ingresaron expediciones españolas con resultados trágicos para los europeos. Al fin, en 1861, el coronel Faustino Maldonado exploró todo el territorio y en 1890 C. F. Fitzcarrald descubrió un paso que unía las cuencas de los ríos Ucayali y Madre de Dios. Durante las siguientes décadas numerosos aventureros y comerciantes explotaron los bosques, ávidos de caucho y oro. A partir de 1915, ante la persistencia de los misioneros dominicos, las tribus locales empezaron a aceptar la civilización. Esto no siempre ha sido bueno para ellas, ya que tribus como los harakmbet han abandonado muchos de sus instrumentos tradicionales dependiendo en gran medida de los habitantes de la ciudad. Sin embargo, aún hoy existen grupos en total aislamiento físico y cultural.
Son famosas sus puestas de sol, debido al reflejo de los nevados de la cadena del Cusco. Este fenómeno atmosférico se denomina "Rayo Blanco". Por otra parte, se encuentra la Reserva natural de Tambopata-Candamo, en la confluencia de los ríos La Torre y Tambopata, con una extensión de 5.500 hectáreas de selva vírgen, en donde la riqueza y variedad de aves alcanza a 600 especies, 900 especies de mariposas, 115 especies de libélulas y más de 200 especies de plantas.
En el Santuario Nacional de las Pampas del Heath vive el rarísimo lobo de crin. Todo este ecosistema tuvo una evolución inalterable durante miles de años, originando una de las mayores variedades de flora y fauna del mundo.
Las principales comunidades nativas son: Amarakaeri, Arasaeri, Kishambaeri, Pukirieri, Sapiteri, Toyoeri, Wachipaeri, Arawaks, Machiguenga y Mashko-Piros.
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