El Gran Pajatén y sus misterios
El Gran Pajatén es una ciudad de la cultura Chachapoya, y un enigma de nuestro pasado por la falta de estudios arqueológicos para comprenderlo.El complejo Arqueológico conocido como el Gran Pajatén, es una maravilla de la naturaleza y de la mano del hombre. Es una belleza arqueológica poblada de leyendas y una realidad que muy pocos han tenido la suerte de visitar y conocer.
Este sitio, bautizado como el Gran Pajatén por el explorador norteamericano Gene Savoy, ha sido incluido dentro del mito y la leyenda moderna como un lugar mágico y místico. Además ha sido asociado con una ciudad perdida en la selva, el mito de El Dorado; la ciudad de oro escondida en lo más profundo de la amazonía, y que prometía convertir en rico al que la encontrase.
Sus edificios, sus motivos ornamentales, cabezas humanas y alas de cóndores parecen transmitirnos un mensaje telúrico y guerrero, haciéndonos pensar también en ceremonias rituales de tipo funerario. Sus edificaciones circulares fueron acaso observatorios para prolongar el alcance de ojos avizores. Quizá se trataba de monasterios de Vírgenes del Sol, almacenes o tambos del Inca, destinados al reposo del monarca cuando este recorría sus dominios.
El complejo arqueológico fue descubierto por Carlos Tomás Torrealva Juárez, alcalde del distrito de Pataz, región La Libertad, en setiembre de 1964. Se encontró con el recinto mientras dirigía a un grupo de vecinos que recorrían la zona en busca de lugares apropiados para el desarrollo de la agricultura. Una vez hallado se asumió que perteneció a la Cultura Chachapoyas (1200 - 1500 d.C.),; quienes construyeron los pétreos edificios circulares que demuestran un perfecto conocimiento de ingeniería y arte lítico.
Ya en 1965, el arquitecto Víctor Pimentel Gurmendi realizó una visita de reconocimiento acompañado por el arqueólogo Duccio Bonavia, a quien se debe el primer estudio sobre Pajatén. También participó el arquitecto Wolfgang Wurster, quien es autor de un cuaderno de viaje con valiosas anotaciones arqueológicas. En 1968 el arqueólogo Duccio Bonavia describió 18 edificios circulares, con dimensiones que van de los 4 metros a los 14 metros de diámetro. Ya a principios de los años 80, una expedición dirigida por el arqueólogo Federico Kauffman Doig halló, en las inmediaciones de las ruinas de Pajatén, un grupo de figurillas talladas en madera de procedencia indudablemente prehispánica, que colgaban de las paredes de una construcción de piedra.
Estos restos han sido estudiados intensamente a partir de 1985, y luego de esta fecha se ha podido registrar aspectos referentes a las ocupaciones tempranas del sitio, así como algunos aspectos de su cimentación. A partir de 1986 se profundizaron las investigaciones a fin de establecer la secuencia de su desarrollo y evolución.
Las excavaciones efectuadas permitieron establecer que los pisos superiores se presentan algo deteriorados, como consecuencia de las remociones y trabajos de limpieza efectuadas por una expedición cívico militar, la que pensó abrir rápidamente el conjunto al turismo sin efectuar los trabajos de investigación correspondientes.
En las últimas excavaciones se ubicó una fila de piedras que conforman un camino, en donde se han encontrado lajas de piedra pizarra y se ha ubicado un muro de piedras canteada cuyas dimensiones son de 58 x 18 x 12 y presentan una ligera inclinación hacia el lado este. Se han registrado 28 fragmentos de huesos, una vértebra humana y un maxilar superior derecho.
Este sitio, bautizado como el Gran Pajatén por el explorador norteamericano Gene Savoy, ha sido incluido dentro del mito y la leyenda moderna como un lugar mágico, una ciudad perdida en la selva, asociándola con el mito de El Dorado, la ciudad de oro escondida en lo más profundo de la amazonía, y que prometía convertir en rico al que la encontrase.
En 1968, el arqueólogo Duccio Bonavía describió 18 edificios circulares construidos en piedras sobre plataformas que nivelan el terreno escarpado sobre el que está emplazada la ciudad. El complejo cuenta con escaleras que conectan los diferentes niveles, facilitando la circulación de personas por los diferentes sectores de todo el asentamiento. Lo que distingue particularmente al conjunto de Pajatén son los torreones circulares, con diámetros variables entre 2 y 15 m. De manera particulas los edificios, que se alzan unos a distinto nivel de los otros, se extienden en una superficie de una hectárea quedando muy próximos entre sí.
Todo el conjunto arquitectónico muestra calles serpenteadas y plataformas donde se localizan las edificaciones circulares. Uno de los monumentos que destaca mayormente es el Edificio 1. Este tiene 13 metros de diámetro y está separado en dos secciones por una cornisa. La sección inferior es la plataforma sobre la cual se construyó la sección superior. Una escalera lleva desde una plaza cubierta con piedras pizarra hasta la entrada, en la parte superior. Esta entrada está flanqueda por algunos paneles planos de frisos de piedra que muestran cinco figuras humanas con las rodillas dobladas hacia afuera y los brazos flexionados. Cada una de estas figuras tiene una cabeza clava con tocados de dos estilos diferentes que se alternan entre figura y figura. La parte superior está decorada con una greca escalonada bordeada con lineas en zig-zag. Este tipo de diseño es característico de la arquitectura Chachapoyas.
Las excavaciones efectuadas permitieron establecer que los pisos superiores se presentan algo deteriorados, como consecuencia de las remociones y trabajos de limpieza efectuados por una expedición cívico militar, la que tenía en mente abrir rápidamente el conjunto al turismo sin efectuar los trabajos de investigación correspondientes. El cuerpo superior de los edificios presenta decoraciones con motivos geométricos de alto relieve en tanto que las inferiores están adornadas con representaciones antropomorfas y zoomorfas. Sus edificios, sus motivos ornamentales, cabezas humanas y alas de cóndores parecen transmitirnos un mensaje telúrico y guerrero, haciendo pensar al visitante en ceremonias rituales de tipo funerario.
En las últimas excavaciones se ubicó una fila de piedras que conforman un camino, en donde se han encontrado lajas de piedra pizarra y se ha ubicado un muro de piedras canteada cuyas dimensiones son de 58 x 18 x 12 y presentan una ligera inclinación hacia el lado este. Se han registrado 28 fragmentos de huesos, una vértebra humana y un maxilar superior derecho. También en las laderas existen andenerías, así como un gran muro de contención en el sector suroeste, las edificaciones, recubiertas por espesa vegetación, descienden por los flancos de la meseta hasta la zona de Las Palmas.
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